Más que detalles, los buenos modales impactan favorablemente en la atención a clientes, proveedores, colaboradores y público en general; es darle un valor a la empresa; es demostrar que te mantienes en tiempos difíciles con una sonrisa, un buen apretón de manos y un trato cortés.
Escuchar con atención más que hablar, abre la puerta a nuevas negociaciones, a la contribución de ideas que pueden convertirse en planes estratégicos para la organización, puesto que escuchas necesidades de potenciales clientes.
Más que educación, son buenos modales, a desarrollar ese equilibrio, esa inteligencia emocional.
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